Tras encontrar un nido de crías de paloma en el tejado de su casa y ver que la madre las abandona, la protagonista de esta historia se propone cuidar y criar a los palomos. Al poco tiempo, uno de ellos muere, pero sobrevive el más fuerte. Entonces, con el palomo Tom —así lo bautizan—, empieza un proceso de aprendizaje, de descubrimiento y de total sorpresa. Y, así mismo, nace un vínculo que se volverá más fuerte a medida que el tiempo pasa y que se van conociendo mujer y ave.