Satua debe encargarse del sustento de su familia. De ahí que deba hacer un viaje de comercio en compañía de Mazur, el socio de su padre, a lo largo del principal río del país hasta la lejana ciudad de Chay-Rama donde, además, deberá realizar el rito de Soportante de Ola, que lo confirmará como navegante, oficio que custodia su familia pese a vivir tan lejos del océano. El arcano de Majuy no es solo una novela de viaje, es también una inmersión en un entorno perdido. Intenta recuperar el mundo precolombino apoyada en una ambiciosa investigación no pocas veces complementada por la invención literaria y poética.