Últimamente, más y más editores desempolvan tesoros en las obras de autores famosos para volver a contarlas a los lectores jóvenes en forma de libros ilustrados. Este soneto del grandioso escritor español Francisco de Quevedo (1580-1645) es uno de estos hallazgos. En este poema, que es producto de un constante duelo con Luis de Góngora, Quevedo se burla de su enemigo predilecto con una pluma remojada en ácido corrosivo. La prominente nariz de Góngora fue la inspiración obvia para una cascada de asociaciones imaginativas y figurativas. Para acompañar este delicioso poema, Ivar Da Coll ha creado unos dibujos a lápiz maravillosamente delicados y caprichosos, que capturan felizmente el espíritu y la elegancia de los versos. El resultado es un excelente libro con un diseño muy bien cuidado, que los lectores sostendrán en sus manos con verdadero deleite.