A diferencia de obras como El Hobbit, Harry Potter o Crepúsculo, con LIZ, el joven lector no se sumergirá en el típico mundo lleno de seres mitológicos y fantásticos, que tendrán que vencer al monstruo y salvar el mundo, sino que, vivirá una experiencia única producto de la mixtura entre un universo detectivesco y sórdido, muy propio de los años 40, Dick Tracy, pero en un contexto futurista y sombrío, alimentado por elementos fetichistas, iconoclastas y psicoanalíticos, amparados bajo el milenario mito vampírico, aquí reiventado por el autor. LIZ, permite escaparse de la pornomiseria de la mística anglo, para apostarle a lo policial desde lo gótico y vampírico.